Reseña literaria: "Los Mandible. Una familia: 2029-2047"
Novela. Autora:
Lionel Shriver Editorial Anagrama. 2017
Para la
novelista Lionel Shriver, el apocalipsis en un futuro muy cercano es financiero
ya que las finanzas se han convertido en un ámbito apocalíptico, lo que las
hace especialmente aptas como material para construir esta ficción distópica
que la ha titulado Los Mandible.
Los
Mandible son una familia en la que se van a manifestar todas las consecuencias
de una crisis económica sin
precedentes y los comportamientos humanos que ésta va a desencadenar.

Porque,
efectivamente, en Los Mandible se entrevé, a menudo de manera no tan
sutil, su visión política. Por un lado arremete contra el intervencionismo de
Estado, las medidas proteccionistas y cualquier política económica de corte
keynesiano. El Estado del bienestar puede derivar en cualquier momento, parece
ser la lección de la novela, en un desastre absoluto. También nos transmite la
sensación de que no podemos confiar en que nadie cuide de nosotros más que
nosotros mismos.
Es decir, resalta ese individualismo atroz que
tienen algunos sectores de la sociedad norteamericana y que con frecuencia,
ante las crisis de la economía, el paro, las desigualdades surgen en los ciudadanos sentimientos que
esta escritora, desde su punto de vista, trata de hacerlos como generales.
Los
Mandible es, ante todo, una historia
familiar, que empieza por mirar de cerca a la familia nuclear —las de
Florence y Avery, dos clichés en forma de hermanas, una de ellas hipócritamente
progre y la otra ridículamente burguesa— para acabar aglutinando en torno a la
escasez derivada de la crisis, al resto de sus miembros. Otros personajes de esta familia son un antiguo
catedrático de Economía, un coach personal, un patriarca ex millonario,
una escritora de bestsellers, acompañados de sus hijos, primos y hasta
bisnietos, que hacen todo lo posible por llegar a la granja de un familiar,
donde creen que tendrán, por fin, techo y comida. Los valores de colectividad y
justicia social que impregnaban la novela de Steinbeck (Las uvas de la ira) que
en cierto modo relataba la crisis social y económica de 1929 son
sustituidos aquí por un individualismo
depredador que no permite ningún tipo de comunidad humana más allá del "sálvese cómo y quién pueda" que constituye esta unidad familiar.
La
historia arranca en Brooklyn, año 2029,
los ciudadanos tienen que racionar el agua para lavar los platos y comen alimentos
de mala calidad y a precios astronómicos. La fecha no está elegida al azar, si no que se desarrolla en el centenario de la
Gran Depresión (1929) para desatarse en esta ficción. En este 2029 la economía estadounidense
se encamina hacia el desastre, la novela nos va haciendo partícipes de otros
cambios simbólicos, pero no del todo menores, que trastornan las ideas que tan
bien asentadas tenemos sobre nuestra geopolítica contemporánea.
El
foco, sin embargo, no está puesto (exclusivamente) en lo macroeconómico, sino
que presta una especial atención a lo cotidiano.
En esta
distopía, los miedos que acechan son los
que afectan a nuestra realidad del día a día. No se pueda comprar lo mínimo
necesario para una existencia digna. Se pierden los ahorros de toda una vida. La
deriva policial del Estado desemboca en una vigilancia absoluta sobre los
ciudadanos, de tal manera que estos pierdan por completo su autonomía y, por
supuesto, el control sobre sus bienes aunque sean estos mínimos. Sobre toda esta situación se instaura un ambiente de inseguridad extrema como un nueva forma de convivencia.
Resumen: a pesar de no compartir la visión
ideológica de la autora creo que es una excelente novela, que entretiene, que
hace pensar y que probablemente nos de ideas para sobrevivir en circunstancias
hostiles. Deja también un saldo de miedo y temor subconsciente al presente y futuro inmediato. Creo, en suma, que será una obra difícil de olvidar.
Ver otros comentarios sobre todo el de
Lorena Ferrer publicado en infolibre
7/9/2017.
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